Zoco de Astronomía: 10 años del GTC

Por Ángel R. López Sánchez, el 29 julio, 2019. Categoría(s): Astrofísica • Divulgación • Zoco ✎ 1

El Gran Telescopio CANARIAS (GTC), instalado en el Observatorio del Roque de los Muchachos en la paradisíaca isla canaria de La Palma, acaba de cumplir 10 años de observaciones científicas. En la actualidad sigue siendo el mayor telescopio óptico-infrarrojo del mundo, con una altísima productividad científica gracias a la versatilidad de sus instrumentos científicos, capaces de estudiar el universo cercano y lejano, de “diseccionar” galaxias y nebulosas, caracterizar exoplanetas, estudiar planetas, asteroides, cometas y objetos transneptunianos, buscar la luz de las primitivas galaxias, escudriñar los esquivos agujeros negros, estudiar el nacimiento y la muerte de las estrellas, buscar pistas sobre la materia oscura, estando en constante innovación tecnológica y dedicando un esfuerzo nada despreciable pero muy agradecido a la educación y divulgación científica. Como ciudadanos españoles deberíamos estar más que orgullosos de que el GTC, un telescopio mayoritariamente español, se encuentre entre los gigantes mundiales que están haciendo avanzar nuestro conocimiento del Cosmos.

No obstante, hasta llegar aquí se ha recorrido mucho camino. La primera propuesta de construir un gran telescopio en las cumbres de Canarias fue presentada en 1987 por el Instituto de Astrofísica de Canarias. Siguieron dos décadas de grandes esfuerzos para conseguir la financiación de tan ambicioso proyecto, su desarrollo tecnológico (con la mayor parte hecho en España) y su construcción. Así nació el GTC, que tiene un espejo primario equivalente de 10.4 metros de tamaño (en realidad, el espejo primario está compuesto de 36 espejos hexagonales de 1.9m de tamaño). Se observa todas la noches, con un equipo de 65 personas entre astrónomos, ingenieros, técnicos y personal administrativo. Las observaciones están dirigidas por los mismos astrónomos del GTC, quienes cada noche deciden qué programas científicos observar dependiendo de las condiciones atmosféricas, la fase de la luna, la visibilidad de los objetos y, muy importante, el grado de prioridad que ha recibido la evaluación de cada proyecto por un tribunal científico independiente. Hasta marzo de 2019 el GTC ha proporcionado 13600 horas de observación, con las que se han obtenido 440 artículos científicos, muchos en revistas de gran impacto como Nature o Science.

El GTC, que forma parte de la red de Infraestructuras Científicas y Técnicas Singulares (ICTS) de España, está financiado por la Comunidad Autónoma de Canarias y por el Estado Español (cofinanciado con fondos FEDER, Fondos Europeos de Desarrollo Regional), con la participación internacional de instituciones de México (IA-UNAM, Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México; INAOE, Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, ambos cofinanciados por el CONACYT, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México) y de Estados Unidos (Fundación para la investigación de la Universidad de Florida).

Es muy difícil resumir aquí los principales logros científicos que el GTC ha logrado en su primera década de vida científica. Destacaremos aquí el extraordinario trabajo que se está realizando para entender los “Objetos Trans-Neptunianos Extremos” (ETNOs por sus siglas en inglés), como Plutón. El GTC ha permitido estudiar espectroscópicamente muchos de estos cuerpos y descubrir que existen diversas “familias” dependiendo de las propiedades químicas que presentan. Las observaciones con GTC también han permitido estudiar las atmósferas de exoplanetas distantes, algo ahora mismo sólo posible con grandes telescopios. Las técnicas observacionales (espectroscopía mientras el planeta “transita” delante de la estrella) permite caracterizar las propiedades químicas principales de sus atmósferas. Este mismo método es el que se está usando en busca de signos de vida extraterrestre en estos exoplanetas.

Yendo a objetos más exóticos, en 2015 el GTC pudo observar un estallido de actividad alrededor del agujero negro V404 Cygni. Gracias a esos datos se encontró un flujo de material neutro a altas velocidades alrededor del disco de acreción del agujero negro, permitiendo medir la masa expulsada durante los estallidos de actividad. También se pudo estudiar el campo magnético de V404 Cygni gracias al estudio de la polarización de la luz infrarroja. El resultado sorprendió a todo el mundo: el campo magnético de este agujero negro era 400 veces menor que lo que los mejores modelos teóricos estaban prediciendo, encendiendo un verdadero debate a la hora de entender a estos esquivos monstruos cósmicos.

Imagen profunda de la galaxia UG00180 y su entorno, obtenida con el Gran Telescopio CANARIAS (GTC) en 2016, y que permite distinguir estructuras 10 veces más débiles que las que cualquier otro telescopio terrestre ha conseguido. Crédito: Ignacio Trujillo (Instituto de Astrofísica de Canarias) et al.

Otro de los grandes logros del GTC ha sido conseguir la imagen más profunda del cielo obtenida hasta la fecha. Gracias a su enorme espejo principal (capaz de capturar una gran cantidad de luz) y de una sofisticada estrategia de observación, el GTC obtuvo en 2016 una imagen muy profunda de la galaxia UG00180 y su entorno. Esta galaxia, localizada a unos 500 millones de años luz de nosotros, posee un débil halo estelar que narra acontecimientos dramáticos en su vida pasada, como la interacción con otras galaxias o la destrucción de galaxias enanas, que ahora forman parte de UGC00180. La imagen es unas 10 veces más profunda (esto es, que se pueden ver detalles 10 veces más débiles) que las imágenes más profundas obtenidas con otros grandes telescopios terrestre. Posee un alto rango dinámico, de forma que permite ver variaciones de brillo de 6 órdenes de magnitud entre el centro de la galaxia y las regiones periféricas.

La historia científica del GTC no acaba aquí. En 2022 se completará el plan de instrumentos actuales, y el GTC tendrá 7 instrumentos científicos disponibles en cualquier momento. Esto garantizará la producción científica del GTC durante mucho tiempo, no en vano, hasta la llegada de los “grandes telescopios de clase 30 metros” prevista no antes de 2025, el GTC seguirá siendo el mayor telescopio óptico e infrarrojo del mundo. Además, se espera que pronto entre en funcionamiento un sistema auxiliar muy importante: la óptica adaptativa, que permitirá (usando una estrella guía o un sistema láser) corregir en tiempo real las distorsiones que producen nuestra atmósfera. Pensando en la década de 2030 ya incluso se ha abierto una convocatoria internacional para nuevos instrumentos científicos de próxima generación. A la vez, se sigue promoviendo el acercar la ciencia al público con multitud de proyectos de divulgación científica: más de 8000 personas no especialistas visitan el GTC al año, se potencia la colaboración entre científicos, técnicos y estudiantes, se publican notas de prensa, se hacen talleres, conferencias y exposiciones. Desde estas líneas queremos felicitar al personal del GTC, y en especial a su director, el astrofísico Romano Corradi, por la excelente labor científica, técnica, educativa y divulgativa que realiza el mayor telescopio óptico e infrarrojo del mundo. A por otra década de grandes logros.

Artículo originariamente publicado ayer, domingo 28 julio de 2019 en el Suplemento “El Zoco” de Diario Córdoba.



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Por Ángel R. López Sánchez, publicado el 29 julio, 2019
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